16.2.11

ÚLTIMA PRIMAVERA


Sé que un día de éstos / acabaré en la boca de alguna flor
Blanca Varela


Cegadora y arbitraria entró como un torbellino
para destriparme, la primavera.
Me succionó la médula,
forcejeó con mis aprensiones hasta metérseme dentro
y tuve que verla en su verdor inexcusable,
tuve que olerla hasta la náusea,
y ella hubo de arrebatarme
hasta mis nubes más ocultas.
Quedé con el corazón en descampado, desprovisto
de telarañas y puñales / calato en su calabozo.

Engañosa, luminosa
me humilla con su mascarita de flores
y sus pajaritos recién brotados,
pero el memorioso que llevo dentro no cesa de gritarme
que no le crea / que se irá de un día para otro
con su risueña costumbre de madreselva.
Y luego tendré que construirme pabellones y huesos
y costillares y verjas de feroz apariencia
para guardarme y protegerme
de sus besitos pintados.