13.6.11

JORGE TEILLIER


 (Noche de la presentación de
 “Cartas para reinas de otras primaveras”)

Llegas con tu traje dominguero
y un toque manierista en la manga derecha.
Antes de subir te vas al bar
por otro toque que te amarre a la cordura
y te plante una sonrisa para el público.

Ya estás aquí: la bella mansedumbre
en el rostro compuesto ante el aplauso.
Escuchas la palabra del amigo
y observas la escena pronto al sacrificio.

Lentamente el sacramento se sucede
y tu sonrisa abre una página:
la primavera se nos entra a codazos
con esos ciegos vagabundos tuyos
del número once.

                                               Lees
como quien juega a recoger las ramas
del árbol desgajado frente a la clínica.
Porque tú cuentas que vienes saliendo,
y nada prometes, pero todos creemos:
la primavera es a veces una joven hermosa.

Amigo de este Santiago del Último Extremo,
si pudieras verte de nuevo al día siguiente,
expatriado de los bosques de la provincia
y sin tus tréboles de cuatro hojas,
sucumbiendo hasta el cuello en todos los vasos
del número once.