3.6.13

ZURDA

En el comedor los ojos de la monja  son cuchillos sobre mi mano izquierda. Viene amenazante pero la cuchara sigue firme en mi mejor mano.
-Niña, ¡Te he dicho que es mala educación comer con la izquierda! Y los puntitos bajo sus cejas gotean piedras sobre el plato que se enfría.
-¡Toma la cuchara con la derecha y come!

Obedezco, pero la cuchara se vuelve difícil y los garbanzos manchan mi pechera antes de llegar a la boca. Además, se me cerró la garganta, no puedo tragar y, por último, esta comida es mala y no la quiero.